Alvaro Cepeda Ortiz
¿Paga Moya?
Primero fueron los medidores eléctricos inteligentes, ahora son las tarifas eléctricas, las que se han encontrado en la discusión pública, debido al alza que presentarán a partir del próximo mes.
Sin duda alguna, nadie quiere pagar más por un producto y/o servicio, sin que exista una notoria mejoría del mismo, y esto es bastante transparente cuando se hablan de transacciones comerciales en mercados abiertos y autorregulados. Sin embargo, cuando se habla de energía eléctrica el mercado de por sí es un monopolio natural regulado, es decir que existe un único proveedor, que es regulado por el estado. En cualquiera de los dos casos, el que paga finalmente es el usuario final.
En particular, el alza de las tarifas eléctricas obedece a dos principales factores, uno es el costo de generación de energía y otro a el valor del dólar. El precio final está compuesto por el precio nudo, el valor agregado de distribución, y el cargo único por uso del sistema troncal.
La legislación actual estable que el costo de energía debe reflejar una situación de eficiencia, es decir que sea una tarifa justa tanto para el proveedor como para el consumidor. En el caso de usuarios en su potencia conectada sea menor o igual a 5.000 kW, son afectos a la regulación de precios y son llamados clientes regulados. Al contrario, los que superan esta potencia, se les denomina clientes libres y pueden optar por negociar tarifas individualmente o atenerse al sistema regulado.
La matriz energética actual tiene un alto componente de energías térmicas, basadas en carbón, gas natural y diésel, representando un 54,6% de la capacidad instalada nacional. Estas generadoras basadas en tecnología térmica se encuentran principal en la zona central y norte del país, por lo que impactan fuertemente en el precio nudo medio del Sistema Eléctrico Nacional.
Las energías basadas en hidroelectricidad son mucho más baratas, sin embargo, representan el 29,5% de la capacidad instalada. Estas generadoras se ubican principalmente en el sur del país, por lo que su impacto es menor en el precio medio nacional.

Es bastante complejo determinar el costo medio de largo plazo por tipos de tecnologías, principalmente que la capacidad o tamaño de la planta generadora, el tipo de tecnología y el insumo para la generación de la energía pueden ser muy diversos dentro del país. El ministerio de energía encomendó un estudio el año 2017 llamado “Méritos económicos, riesgos y análisis de competencia en el mercado eléctrico chileno de las distintas tecnologías de generación de electricidad” a la consultora ASSET Chile, en el que se realiza un excelente esfuerzo para poder comparar tecnologías.
En dicho estudio, se analiza cada tecnología recopilando información de proyectos de generación en sus fases inversionales y operacionales, junto con considerar un tamaño o capacidad de planta similar. Respecto de los costos operacionales anuales, sin considerar una inversión amortizada en estos costos, se pueden extraer la siguiente información comparativa entre tecnologías.

Fuente: www.minenergia.cl
En estudio “Méritos económicos, riesgos y análisis de competencia en el mercado eléctrico chileno de las distintas tecnologías de generación de electricidad”
El otro factor importante del alza, fue reconocer el ajuste por cambio del precio del dólar desde enero a abril de este año, por lo que existe un reajuste acumulado considerable. Ahora bien, el gobierno recientemente declaró que tomará el precio del dólar promedio, y no el del último mes puntualmente, lo que aliviana el alza que presentarán las tarifas.

Fuente: banco central de chile
El modelo chileno es bastante eficiente con el objetivo que sea un sistema sustentable y el consumidor perciba que paga lo justo, ahora bien, siempre hay formas de mejorar el modelo, como la acción que presentó el gobierno y el buscar e incentivar la inversión en energías limpias y baratas para nuestra matriz energética.
Alvaro Cepeda Ortiz
Director Postgrados & Educación Continua - Facultad Ingeniería
UNAB - Sede Viña del Mar